Actualizado 26 mayo, 2017
¿Para qué sirve los valores? Parece una pregunta redundante, casi sin sentido, pero es necesario hacerla. Los valores no son simples ideas, entelequias que brillarían en el cielo y que nosotros simplemente reflejaríamos. El valor es carne, es acción. Al hombre bondadoso, prudente, temperante lo vislumbramos en su práctica diaria; no hay otra forma. Todo se reduce al accionar, más allá que uno no niega que deba haber una especie de marco prescriptivo. A partir de ello, aquí te presentamos imágenes de valores humanos, morales, éticos y familiares. Muchas de ellas te encantarán ¡No te las pierdas!
Imágenes con frases de valores inspiradores
El ser humano es su propia escultura. El es objeto y sujeto en semejante batalla ética ¿Cuál es el corolario de semejante realidad? Cada paso que da es su responsabilidad, así como la forma que se da a sí a puro martillazo y cincel.
El ser humano necesita de ciertos valores positivos, porque no puede ser de otro modo. Dejar esa cuestiones a la vera de la voluntad de cada uno han hecho al mundo injusto y violento. Debe haber una educación vital en tales realidades.
Siempre sabremos a ciencia cierta cuando fuimos buenas personas: el resto no se olvida de uno, tanto en las buenas como en las malas.
Los valores no existen en sí mismos en ningún cielo lejano, sino que todo lo que somos es valor y ellos solo existen en nuestra carne. La vida es más material que metafísica. Reemplacemos un más allá de aquellos con una realidad que los tenga bien cerca ¿Acaso puede ser de otro modo? No, salvo que haya mala fe.
El amor debe extenderse a todas partes, sin cesar. Si tiene alguna razón de ser el concepto de prójimo será en eso: en la necesidad de que el otro valga la pena, que nos importe e incluso que hagamos cosas sustanciales por él.
Hacer el bien por hacerlo. ¿Suena muy altruista? ¿Esperamos alguna bonanza ultra-terrenal? Seguramente, pero habla de una conciencia pura la que no espera nada por el mero hecho de no salir del sendero correcto.
Un campesino se encontró con un par que lo venía a visitar y se pusieron a discutir, desde su simpleza, sobre religión. Uno de ellos, luego de llegar a algunas cimas reflexivas, se imagina un Dios, pero no una vida después de la muerte. El otro, sorprendido, lo espeta:»¿Y por qué Dios?».
Debemos estar atentos a nuestro accionar y crear una rigurosidad porque debe ser así. Todos sabemos qué es lo correcto y a grandes rasgos hemos desarrollado una conciencia moral bastante importante.
Responsabilidad, esa es la palabra que debemos encontrar. Si cometemos un error, más si es consciente, hacernos cargo. Responsables en lo que hacemos, decimos y, sobre todo, en lo que somos. Pero recuerda que en la vida no hay malos y buenos absolutos (por lo menos en la mayoría de los casos). No, la vida es tan trágica que todo malo tiene sus motivos y puede cambiar; lo mismo para su cara invertida.
Hacer el bien porque debe ser así, ser correctos porque es nuestra norma. Todo ello sin esperanza de bonanzas fuera de esta vida y sobre todo sin la presencia de un ojo investigador. Se cuenta, como historia antigua, que legisladores antiguos habían inventado la idea de deidades ubicuas sobre todo para que actuara bien el ciudadanos en todo momento. Logremos evitar eso; ya somos adultos para semejantes argucias.