Actualizado 24 marzo, 2017
El amor es digno de celebrarse, siempre, se produzca donde se produzca, ya que cual él eclosiona aparecen sentimientos muy nobles como cariño, prudencia, respeto, abnegación, desinterés y tantos otros. El amor, siempre cuando no se convierta en algo patológico, es bello si puede concertar dignos valores, ya que funciona con la premisa de dar más al prójimo que a uno mismo. En esa situación, si los dos comparten accionares, la retroalimentación afectiva puede ser maravillosa. En ese sentido, aquí te presentamos fotos, imágenes de besos, apasionados, románticos, dulces y tiernos. Porque lo mejor es no guardarse nada en estas temáticas. Muchas de ellas te encantarán ¡No te las pierdas!
Imágenes de besos románticos
El amor es expresión. Algo que sale de nuestro interior y explota en un afuera, en un objeto amoroso.
Tocar labios con labios, sentir que la persona que está ahí cerca es la que quieres. No debe haber algo más hermoso.
Sentir la humanidad del otro, su anatomía: su respiración se acelera, las pulsaciones van a mil, hay temblores y pequeñas muecas. Todo eso, desde la cercanía.
Un beso tiene el suficiente poder para hacernos sentir vivos ¡Y vaya que vale la pena!
Más amor; menos guerra.
En el Banquete de Platón, todos alrededor de Sócrates, incluso él mismo, departieron sobre el amor. Aristófanes, por su cuenta, habló de la media naranja: siempre buscaremos esa contraparte que los Dioses arrebataron de nosotros.
El amor vale la pena ¿Pero qué imagen lo sintetiza? ¿Cuál es el gesto, el rictus, la trabazón muscular que funge de perfecta condensación de amor? Sin lugar a dudas es el beso. Choque, furia contenida, arrebato, quiebre, alteración, mixtura de todo ello. El amor es poderoso y nunca lo sentimos tanto como en ese momento.
Dicen que el instante es la vida, porque por más que se nos escurra es lo único que tenemos, frente a un futuro ilusorio y un pasado perimido. Realmente nos damos cuenta de esa verdad cuando nuestros labios chocan con los del amado.
La gloria inmensa de darse cuenta en que los pequeños actos está todo. El absoluto siempre se erige a partir de lo pequeño.
Si no hay amor, no te demores. Una frase que utilizada Frida Kahlo, muy particular de sus relaciones; pero que se puede hacer extensible para el resto. Cualquiera se da cuenta cuándo este sentimiento emerge y cuándo no. En el segundo caso solo hay que partir, salvo que aceptemos las reglas del juego como son.
Besos románticos para compartir
El beso es demostración pura, energía de choque contra una similar. Lo que vale, lo que cuenta; más allá de cualquier retórica.
Si al beso se le añaden las ganas y no el automatismo, estamos hablando de unas de las sensaciones más bellas.
Cerrar los ojos y ver con claridad.
Es un motivo literario muy extendido y desarrollado el de la ceguera como auténtica sapiencia. Piénsese en Tiresias, por ejemplo. En el amor sucede lo mismo: cerramos los ojos y vemos con más claridad. Tal vez porque somos receptivos a nuestro interior.
El beso también es un premio, ante tanto riesgo en la conquista, por ambas partes.
Encontrar calidez humana en un mundo particularmente frío es impagable. No hay dinero que pueda sufragar semejante satisfacción.
Juntos a la par, aunque cueste, siempre y cuando haya amor. Porque el amor es la llama que enciende las ganas, el sentimiento por el que realizamos grandes denuedos. Es todo. Una verdadera condición de posibilidad.
Luchemos por lo que queremos. El amor le da un salto cualitativo a la vida.
Cobijo, respaldo, seguridad. Eso siento cuando tú estás a mi lado.