Actualizado 5 octubre, 2016
El terror es parte de la vida. Asoma a cada instante, cuando las certezas y la claridad de todo se vuelve un poco turbia, cuando los ánimos no son los mejores. Pero no sólo lo padecemos en carne propia o viendo a algún ser querido en trances análogos, sino que nos solazamos con él en largometrajes, series y cuentos. La imagen tiene su fuerza naturalmente para llevar a las personas a esos vericuetos emociones, sin embargo, una buena prosa puede lograrlo. Tal vez no tanto como antes, ya que las sensibilidades cambian. Aquí, en esa sintonía, te mostramos imágenes de películas, cuentos e historias de terror. Muchas de ellas te encantarán. Ideales para compartir ¡No te pierdas la nota!
Historias de terror en imágenes
El terror nos atrae. En realidad, para ser rigurosos, tiene como esos ribetes de los objetos sagrados: dan miedo pero llaman la atención. Entonces somos ambivalentes con él, por más que el cuerpo quede trastornado. Hay una particularidad del terror que ya lo anunciamos: ocasiona temor. ¿Qué es esto? El temor tiene una diferencia vital con la angustia, casi existencial. Cuando alguien teme, piensa que un ente a los ojos, una cosa de las que llenan el mundo lo dañe, atente contra él o todas las variantes similares. Tiene una naturaleza más de objeto se diría. En cambio la angustia, ese dolor punzante y ácido en el pecho, no viene de ningún sitio. Si quisiéramos señalarla no podríamos, ya que no es ningún ente del mundo, sino nosotros mismos. En todo caso si el mundo es mundo por el hombre, nos abre el mundo, la mundanidad, pero también nuestra misma nada. Con la angustia nos percatamos de nosotros mismos, es un dedo índice apuntado a nuestro ser. Hasta podríamos decir, con ciertos tintes existencialistas, que la angustia abre nuestro ser para la muerte.
Pero de ahí se deriva una gran diferencia: el temor es exterior, es algo que hiere o potencialmente puede hacerlo. En todo caso esta afuera y hay mayor posibilidad de combate, aunque origine terribles miedos. Eso lo llevan a la perfección las películas o cuentos de terror: por más que sabemos que no nos va pasar nada, tiene haber una exaltación, una ruptura de nuestras seguridades. Si desarrollamos empatía con los personajes, quiere decir que nos ponemos en su lugar, sino no habría posibilidad de generar justamente el cometido de estos productos culturales. Aquí, en esa sintonía, te ponemos un buen número de imágenes sobre largometrajes históricos, cuentos e historias de esta naturaleza.
Más imágenes de cuentos, historias y películas de terror
Hoy en día nuestra sensibilidad es otra. Con eso lo que declaramos es que difícilmente al leer un Lovecraft, por más empatía e ensimismamiento, nos asustemos. En la actualidad la hegemonía la tiene la imagen, además de cierta dinámica sustancial que convierte en soporíferas cualquier obra que tenga una temporalidad más lenta. Si da miedo más allá de imaginarlo, suma verlo.
Pero como decíamos anteriormente, si el terror parte del miedo y el miedo es miedo a algo, si no nos ponemos en el lugar de los personajes nunca vendrá a nosotros. Así sucede la magia. Por eso, muchos críticos de cines se enojan mucho cuando se emplaza semejante caratula a largometrajes que sólo exhiben sangre y cuerpos desmembrados, consiguiendo una suerte de satisfacción de deseo sadomasoquista. Eso no da miedo, a lo sumo asco o sorpresa. El miedo es el suspenso. En esa clase de cine, donde se escamotea hasta último momento el mal, donde puede eclosionar algo, pero no, en ese no mostrar mostrando, se juega la autenticidad de dicha sensación.